Sin temor a Dios
Un grupo de hombres armados y encapuchados asaltó en tan sólo 90 minutos la Parroquia de San Luis Gonzaga, ubicada en la alcaldía Iztacalco de la Ciudad de México. Amarraron al padre y a un ayudante y de botín, se llevaron dinero de las limosnas, el contenido de una caja fuerte y dos vasos de plata.
¿Cuántos hombres participaron en el asalto?
Unos 12 hombres arribaron en tres camionetas a la parroquia. Posteriormente, tres de los asaltantes ingresaron a la habitación del sacerdote Cuauhtémoc Islas, para exigir que les entregara “todo el dinero” y les dijera en dónde se encontraba la caja fuerte.
¿Qué se llevaron los delincuentes?
El religioso les indicó que el único dinero que tenía era el de las limosnas que daban los fieles. Narró que uno de los maleantes le apuntó con una pistola con silenciador y que si no ayudaba a facilitar el atraco “ahí se iba a quedar”, por lo que les entregó bolsas con monedas que los feligreses habían ofrecido como limosnas y el contenido de una pequeña caja fuerte de escritorio que contenía algunos billetes.
Dentro del templo situado en en el número 360 de Playa Regatas, colonia Reforma Iztaccihuatl Sur, las alcancías fueron forzadas y tiradas al suelo, y alrededor quedaron muchas monedas de diferentes denominaciones. Las puertas de la parroquia fueron forzadas y los cajones de los muebles abiertos.
¿Cuándo ocurrió el asalto a la parroquia?
El párroco refiere que el asalto sucedió el pasado 31 de mayo. La persona que hace la limpieza ingresó a la Parroquia San Luis Gonzaga, cuando estaba por cerrar con llave la puerta, pero unos hombres lo empujaron, lo golpearon, lo amarraron y lo llevaron a la zona en donde se concentra la basura.
Después, ingresaron una de las tres camionetas al patio de la parroquia. Los delincuentes lo encañonaron y lo amarraron para luego preguntarle dónde estaba el sacerdote, quien a su vez señaló que en 90 minutos concretaron el asalto.
El padre Cuauhtémoc Islas recordó que después de que lo dejaron tirado en su cama con la cabeza cubierta, los asaltantes empezaron a buscar en los cajones y puertas que encontraban a su paso, y tiraron cosas por todos lados.
Relató que también lo amarraron y cuando pudo desatarse, liberó al joven que apoya en la oficina parroquial. Agregó que elementos de la físcalía vinieron a tomar evidencias y finalmente acudió al Ministerio Público para levantar la denuncia correspondiente.
Con información de UnoTV.