El Puente de Los Duendes
En uno de los caminos del municipio de Tehuacán en el estado de Puebla, hay un puente de piedra, que fue construido para que los pobladores atravesaran el río sin mojarse y pasaran el cargamento de sus carretas con seguridad.
Cuentan la gente, que hace tiempo existió un señor conocido como don Hilario, quien acostumbraba irse de parranda con sus amigos los fines de semana, y para olvidarse de los problemas que lo perseguían, bebía enormes cantidades de alcohol, y volvía a su casa ya muy entrada la noche y muy borracho.
Casi siempre los compañeros de bebida de don Hilario, lo acompañaban de regreso a su casa, que se encontraba del otro lado del puente, pero, una de tantas noches, hubo una pelea callejera que provocó que todos se fueran por su lado y el hombre se quedó solo, caminando a casa en medio de la obscuridad y los matorrales.
En el camino, el campesino vió una enorme gallina, que sería un excelente remedio para la cruda que tendría por la mañana, y se fue a perseguirla para llevársela. a pesar de andar con tumbos por la borrachera que se cargaba, Hilario casi agarra al ave, cuando ésta se metió debajo del puente.
Al perseguirla, el jornalero se encontró con un ejército de duendes de más o menos medio metro, que destazaban a la pobre gallina con sus garras y dientes, arrebatándose los trozos entre ellos y haciendo un gran escándalo. Al darse cuenta de su presencia, los duendes se volcaron contra Hilario, que corrió aterrorizado hasta dejarlos atrás, no sin antes sentir un intenso dolor en sus piernas, provocado por los rasguños y mordidas de los demoniacos duendes.
Al otro día, Hilario despertó en su casa, pensando que todo había sido una terrible pesadilla, pero cuando intentó ponerse en pie, nuevamente sintió el dolor en sus tobillos, que se encontraban llenos de sangre y lastimados.
Hilario se fue del pueblo y nadie volvió a saber de él, se dice que dejó de beber y se retiró a la casa de un familiar, sin embargo, la gente del lugar frecuentemente ha escuchado las macabras risas y pequeñas huellas de sangre cerca del puente maldito.
Fuente: Mano Peluda